jueves, 8 de enero de 2015

BioNeuroEmoción

Editorial Kier acaba de publicar una obra fundamental de Enric Corbera, escrita en colaboración con Monserrat Batlló: el Tratado de BioNeuroEmoción, en el que sienta las “Bases Biológicas para el Cambio de Conciencia”.




Creador del método conocido como biodescodificación, Enric Corbera afirma que estas investigaciones vienen produciendo una verdadera revolución en torno a nuestros conocimientos respecto de la naturaleza de la enfermedad y su relación con nuestras emociones.  Nos hemos ocupado anteriormente de la vasta obra de Corbera, que explica que dentro de nuestro cerebro existe un cerebro emocional, que controla todo lo que rige el bienestar psicológico y una gran parte de la fisiología del cuerpo. Vistos de este modo, los desórdenes emocionales son consecuencia de disfunciones de este cerebro emocional. El origen de dichas disfunciones puede encontrarse en situaciones dolorosas vividas en el pasado, que tal vez no guardan relación con el momento presente, pero que han quedado impresas de manera inconsciente. Aun mucho tiempo después de haberlas atravesado, estas vivencias pueden llegar a controlar nuestras percepciones. Por ello es necesario reprogramar el cerebro emocional.

En los últimos años, con la fundación del Instituto Español de Biodescodificación, se inició un camino hacia el reconocimiento de este método en el ámbito universitario; sin embargo, nunca se perdió de vista que esta enseñanza pudiera ser accesible para todas las personas que quisieran ponerla en práctica en su vida cotidiana, pudiendo obtener los beneficios de ponerse en coherencia con las mismas.

Afirma Corbera que “…Con esta nueva perspectiva cuántica de sabernos parte del todo que nos rodea, nos vimos en la necesidad de ampliar nuestro paradigma y, en consecuencia, decidimos cambiar el nombre de biodescodificación por el de BioNeuroEmoción (BNE). La mente biológica está conectada e interrelacionada con el campo cuántico  o mente cuántica, lugar donde se halla toda la información en forma de ondas” Y agrega: “La comprensión de que nuestros síntomas físicos y nuestras circunstancias diarias están en relación directa con nuestras creencias, con nuestros programas inconscientes, se ha convertido en una enseñanza fundamental para desarrollar plenamente el método de la BioNeuroEmoción”.

La BioNeuroEmoción aborda el conflicto emocional y sus efectos en nuestra fisiología. En primer lugar, hace hincapié en el Sentido Biológico de las enfermedades, que se comprenden como una solución biológica a un conflicto emocional  que la persona experimenta en un momento dado, y nos alertan de nuestras propias incoherencias cuando tomamos decisiones o cuando actuamos en nuestra vida cotidiana. 

En su introducción, los autores advierten que la BioNeuroEmoción integra nuevas metodologías que permiten que el cliente o consultante sea capaz de trabajar con sus propios programas, con los que funciona en su vida cotidiana, para transformarlos. Y ponen énfasis en la utilización de la palabra “cliente” o “consultante” en lugar de “paciente”, porque este último es pasivo por definición, en cambio que al ser cliente, se mantiene activo, toma decisiones y las lleva a cabo.

La regla de oro para el especialista en BioNeuroEmoción es desarrollar la coherencia emocional: La toma de conciencia conlleva un pasar a la acción, separarnos de ambientes dañinos y darnos cuenta de que lo que nos rodea es solo un espejo de nuestro estado interno. Otro de sus pilares es el estudio del árbol genealógico o transgeneracional, pues, como dicen sus autores, su experiencia clínica les enseña que nuestras vidas son en gran medida una manifestación de programas heredados.

El objetivo de esta obra fundamental queda claramente expuesto por el propio Corbera cuando expresa su deseo profundo de que sea de gran utilidad para todo aquel que está dispuesto a cuestionarse su vida, a superar el miedo “a lo que me puede ocurrir” y a comprender que cada cual puede tomar el timón de su existencia entendiendo que todo tiene un sentido, que se manifiesta en la biología a un  nivel y en las circunstancias diarias a otro nivel. Por eso la salud –afirman los autores- no sólo es ausencia de enfermedad, sino un bienestar holístico en el que se unifican todos los factores que lo integran.