Manuel Lezaeta Acharán
Desde siempre hemos sabido que existe una profunda relación
mente-cuerpo. El antiguo axioma mens sana
in corpore sano no es otra cosa que la afirmación de este vínculo que era
de vital importancia en el mundo clásico. En el esoterismo oriental se afirma
que sólo existe salud, pues la enfermedad no es otra cosa que la alteración de
ese estado y que el cuerpo reacciona enfermándose para volver al equilibrio que
se ha roto. En el esoterismo occidental se habla de lo mismo, pero con otras
palabras: Cuando se quiebra el equilibrio entre el alma y el cuerpo perdemos el
estado de harmonium. Entonces nuestro
cuerpo se enferma. Pero, ¿qué lleva a la ruptura de este equilibrio?
Esta pregunta excede el campo de la medicina y se vuelve
pertinente en la totalidad del comportamiento de nuestro Ser, desde la
alimentación a la espiritualidad, desde la sensación de paz que nos embarga
ante la plenitud del alma hasta la amargura que se vuelve veneno cuando esa paz
se ve alterada. La vigilia y el sueño, la alegría y la tristeza, el éxito y el
fracaso impactan directamente en nuestro cuerpo, que reacciona ante las dificultades
que, inevitablemente, nos depara la actividad cotidiana.
El mundo moderno no ha hecho más que aumentar las causas que
llevan a la ruptura de esta armonía. Ciudades abarrotadas de gente, comida rápida, falta
de tiempo, descanso inadecuado, ruptura de nuestro contacto con la naturaleza
son apenas algunas de las circunstancias que nos han vuelto más vulnerables al
estrés, la ansiedad y la incertidumbre, todas ellas causa directa de muchas
enfermedades. ¿Por qué no hacer algo al respecto?
Numerosos autores, en el pasado y en el presente, han intentado encontrar respuestas a las situaciones en las que nuestro equilibrio se rompe. También nos han señalado con claridad cuales son los caminos que conducen a una buena salud. Manuel Lezaeta Acharán sostiene en su obra La Medicina Natural al Alcance de Todos que “…el hombre de hoy es un pobre peregrino que hace la jornada de su vida sin conocer la senda que conduce a la felicidad, aliada inseparable de la salud…” Para Lazaeta Acharán el problema no está en los microbios que nos acechan sino en nuestros propios errores, en los actos con los que cada día rompemos con el orden natural. De allí que sostenga que la voluntad del enfermo es su primera herramienta para recuperar la salud.
Hoy iniciamos, con esta presentación, una serie de notas que
hablarán sobre salud, alimentación, armonía y felicidad. Y lo hacemos con este
libro, cuya portada nos remite a otra época, y que el editor ha respetado en su
gráfica original porque el propio autor comienza su obra describiéndola: Un
observador que, a través del iris descubre la fiebre interior que, según
Lazaeta Acharán es causa de la mayoría de las alteraciones de nuestra salud. No
hemos elegido esta obra porque sí, sino porque en el énfasis del autor, en la
exposición cruda de nuestro comportamiento erróneo respecto del cuerpo y sus métodos
totalmente naturales encontramos un manual de Medicina Natural que nos exige un
fuerte ejercicio de la voluntad, pero cuyo contenido plantea una lógica
abrumadora que nos obliga a pensar qué estamos haciendo con el cuerpo que Dios
nos ha dado para transitar la experiencia humana.
Como dato adicional vale decir que Manuel Lezaeta Acharán
fue perseguido por muchos médicos que consideraban que sus métodos constituían un ejercicio ilegal de la medicina.
Sus libros fueron prohibidos, pero en agosto de 1937 los Tribunales lo
absolvieron en un fallo histórico que, entre otras cosas, dice que “…Se reconoce
al hombre un derecho inalienable, común a todo ser viviente, que es el de
aprovechar los beneficios de los agentes naturales sin intervenciones extrañas
de titulados…” y que de tal modo “…El uso de los
agentes naturales de la vida como son la alimentación natural, las plantas,
el agua, el aire, el sol y la tierra, no esta sujeto a
la institución médica…"
Comunidad Sanación y Mente KIER será un espacio dedicado a
acercarle herramientas para una vida más sana en las que hablaremos de clásicos
imprescindibles -como esta obra que ya va por su trigésimo-segunda reimpresión-
y de propuestas nuevas en las que el lector encontrará alternativas diversas
para el cuidado del alma y el cuerpo.